El trabajo de Merkh y França sorprende, pues supera con creces toda idea preconcebida por el lector de lo que pueda ser un libro práctico. Comienza con un capítulo titulado «Cómo usar este libro», y no son muchos los casos en que un libro comience así, aunque se trata de una buena costumbre que lamentablemente no es demasiado frecuente entre los autores. En «101 Ideas creativas para profesores», lo primero con que se encuentra el lector al abrirlo es una batería de cinco sugerencias sobre cómo sacar un mejor partido del libro. Después los autores estructuran el contenido de la obra en dos partes básicas: una más teórica y otra esencialmente práctica. «Principios para el profesor» y la más extensa de «Sugerencias didácticas y dinámicas». «Principios para el profesor» consta de siete apartados en los que se establecen las siete características fundamentales que ha de reunir toda persona que pretenda dedicarse con éxito a la enseñanza. El profesor ha de ser: Sabio, creativo, organizado, empático, entusiasta, sagaz, y cristiano. Cada una de estas siete peculiaridades del buen pedagogo se expone y debate en sus conceptos esenciales, ilustrándola con gráficos y diagramas. El material viene perfectamente esquematizado y organizado por puntos; el estilo es directo y práctico, sin rodeos ni demagogia superflua: cada frase es una sentencia que impacta. Más que un libro de lectura es un manual de trabajo, un bosquejo de principios en el que cada profesor debe añadir, partiendo de lo expuesto, sus propias reflexiones. Al final de cada apartado se incluye un «Cuestionario de preguntas para la discusión» con el propósito de facilitar el estudio y comprensión de lo dicho, tanto a nivel individual como para el estudio en grupo. La segunda parte del libro «Sugerencias didácticas y dinámicas», está dedicada a proporcionar ideas prácticas para aplicar estos principios y a explicar cómo utilizarlas y sacarles partido. Las palabras introductorias a esta sección impactan de tal manera que no dejan a ningún lector indiferente: «El Verbo de Dios se hizo carne pero los profesores y maestros lo convirtieron nuevamente en verbo. Ese es el peligro ocupacional de los que nos dedicamos a la enseñanza, la tendencia a teorizar, a complicar las cosas haciéndolas cada vez más abstractas y menos concretas». Así, presentan las «101 Ideas» sugeridas en seis secciones, de acuerdo a la categoría principal a la que pertenecen: 1. Conociendo al grupo: Ideas para desarrollar la relación interpersonal profesor-alumno. 2. Captaciones e introducciones: Ideas para despertar el interés en la lección. 3. Dinámicas de enseñanza: Ideas para desarrollar el contenido de la materia con el máximo de participación de los alumnos. 4. Audiovisuales: Ideas para sacar mejor partido de las nuevas tecnologías en la enseñanza. 5. Revisión y recapitulación: Ideas para resumir el contenido de la clase y grabar en la mente del alumno el punto principal. 6. Disciplina en la clase: Ideas para mantener el orden y un ambiente propicio al aprendizaje. Cada una de estas secciones presenta múltiples ideas relacionadas, aptas para desarrollar y alcanzar el objetivo propuesto, cada una con un enfoque y tratamiento individual. La creatividad de los autores en este sentido es sorprendente: han recopilado todas las sugerencias conocidas y habituales en otros libros sobre cómo mejorar el proceso pedagógico, desarrollando otras tantas de creación propia, a cuál más original e innovadora. Las «101 Ideas» aunque situadas dentro de su respectiva sección, van numeradas correlativamente; la penúltima es Orar por los alumnos. ¡Un verdadero arsenal de propuestas y sugerencias avanzadas para la enseñanza!
CLIE
9788482678429

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